Y no me refiero a decirte …
– Elena, estás como una chota. – Cuando hablas contigo mismo/a en voz alta mientras se te olvida lo que ibas a hacer en ese momento.
Me refiero a cómo te posicionas frente a tus actos, pensamientos y emociones.
- Comprenderte no es justificarte
- Aceptarte no es resignarte
- Quererte no es un acto egoísta
Solemos ser muy poco comprensivos con nosotros mismos. Soy de la opinión de que, si hubiera podido hacer algo mejor, lo habría hecho, porque nadie quiere hacer las cosas mal, ni ser infeliz, ni actuar en contra de los propios intereses.
La voz interna que hace de nuestros actos, emociones y pensamientos una crítica despiadada, solo contribuye a paralizarnos, a sentir culpa y a que los fijemos y repitamos una y otra vez.
Esas frases que nos decimos mentalmente a nosotros mismos, suelen empezar por “debería haber hecho o dicho…” o “tendría que” También es frecuente encontrar a personas que se insultan a sí mismos, incluso en voz alta, cuando no hacen algo como había pensado hacer.
Es conveniente y ¡muy saludable! cambiar esa voz dura y despiadada por una más amable. Si no has hecho algo como te hubiera gustado, puedes decirte a ti misma:
- Esta vez no me ha salido como me hubiera gustado, pero voy a ver qué recursos tengo para intentarlo una próxima vez.
De esta forma, estás animándote a buscar esos recursos y a intentar cambiar las cosas. Te estás diciendo a ti mismo que puedes y que sabes cómo hacerlo.
¡Casi nada!
Si mejoras el mensaje de tu diálogo interno, mejoras tu comunicación.
Si mejoras tu comunicación intrapersonal, mejoras la interpersonal.
Porque comunicar, no es sólo hablar en público.

Palabras muy presentes en nuestra comunicación
Pues sí, esto es lo que creo.
Hoy en día abundan en nuestras conversaciones, palabras que casi se han convertido en lugares comunes. Y parece que, como están tan vistas y sabidas, tan utilizadas, lo que significa está integrado en nuestra persona, en nuestras vidas.
¡Y nada más lejos de la realidad!
No somos positivos por decirlo y por animar a otros.
A veces nos acordamos de la empatía cuando se la exigimos al que está enfrente.
Hablamos de lo que hacemos por mejorar nuestra autoestima sin profundizar de veras en su estado real. En cuánto aceptamos nuestros actos, nuestra forma de ser… En cuánto nos apreciamos, cuánto valoramos nuestros esfuerzos.
Esto que voy a decir es una obviedad, pero la única persona que te va acompañar toda tu vida, eres tú.
Más allá de las modas, más allá de las palabras. Más allá de los conceptos.
Más allá, estamos tú y yo.
Que lo conceptos importantes no estén presentes en tus conversaciones, sino en tu día a día. En tu vida.

No lo sé
– ¿¿¿Qué no lo sabes???
– Pues sí, no lo sé. Y estoy encantada de reconocerlo.
Conversación imaginaria en un momento cualquiera de tu vida.
¿Te costaría afirmar, en cualquier situación, que no sabes algo, sobre todo si es algo que se supone que “deberías” dominar?
Seguro que sabes qué es la asertividad. Se suele definir como la habilidad en la comunicación a través de la cual la persona no agrede ni se somete a la voluntad de otros, sino que expresa sus convicciones y defiende sus derechos.
La asertividad es fundamental en tu comunicación. Digamos que es la herramienta principal que nos conecta con autenticidad y respeto con nosotros mismos y con los demás.
Conviene saber que, además de responsabilidades, tenemos unos derechos que podemos ejercer a la hora de comunicarnos asertivamente con los demás. Por desgracia, muchas veces se nos olvida y cedemos a la presión de lo que nos exigen los demás o a lo que creemos que es necesario para complacer a los otros. Y eso, a la larga (y comúnmente a la corta), no es bueno para nadie.
ALGUNOS DERECHOS ASERTIVOS EN TU COMUNICACIÓN:
- Tengo derecho a decir NO
- Tengo derecho a decir NO LO SÉ
- Tengo derecho decir NO ME IMPORTA
- Tengo derecho a CAMBIAR DE OPINIÓN
- Tengo derecho a NO SER SIEMPRE COHERENTE
- Tengo derecho a NO DAR RAZONES NI EXCUSAS
- Tengo derecho A DECIDIR si me incumbe la responsabilidad de solucionar los problemas de otros.
- Tengo derecho a CONFUNDIRME
- Tengo derecho a TOMAR DECISIONES AJENAS A LA LÓGICA
- Tengo derecho A SER INDEPENDIENTE de la buena voluntad de los demás, antes de enfrentarme a ellos.
Ser asertivo no es decir todo lo que se te pase por la cabeza.
Ser asertivo no es ponerte por encima.
Ser asertivo no es siempre fácil.
¿Cuál de estos derechos te cuesta más?

Creemos en la comunicación verbal del otro…
¿Sabías que cuando estamos frente a otra persona y nos habla, solo prestamos atención en un 7% a la información que nos da verbalmente? ¿A que es muy interesante?
Seguro que ya conoces la comunicación o lenguaje no verbal. Es lo que dicen nuestras emociones a través del cuerpo. Y es fundamental que exista coherencia entre lo que expresa nuestro cuerpo y lo que dicen nuestras palabras.
El lenguaje paraverbal es nuestra expresión no verbal: la entonación, pausas, la velocidad y volumen, etc.
Te voy a contar una cosa muy curiosa: Cuando hablamos, aunque no se nos vea (por teléfono, en la radio y en otros medios), también interviene el lenguaje no verbal, porque la información del cuerpo condiciona nuestro lenguaje paraverbal. El porcentaje no es ese, obviamente, pero seguiría ganando el lenguaje paraverbal frente al verbal.
¿Y por qué hacemos tanto caso, de forma inconsciente, a lo que dice el lenguaje no verbal cuando escuchamos a otra persona?
Porque las palabras pueden decir cosas que no son del todo ciertas, como, por ejemplo, si te preguntan si estás nervioso en una conferencia y dices que no, que estás muy tranquilo, pero tus piernas no paran de moverse.
El cuerpo siempre expresa lo que siente y esa es su verdad.
Porque comunicar, es mucho más que hablar en público.
