PARTE 2
Hace días escribía sobre lo que es ser una Persona Altamente Sensible. Te decía que ser PAS no quiere decir que padezcas un trastorno ni un súper poder. Es un rasgo que posee, más o menos, el 20% de la población.
Es conveniente no confundir con ser alguien muy emocional, tímido, empático o susceptible.
La doctora e investigadora en psicología estadounidense Elaine Aron, quien acuñó el término el 1996, afirma que las PAS tienen un desarrollo del sistema neurosensorial mayor.
Muchas personas hemos crecido creyendo que teníamos un problema. Descubrir que eres una PAS habitualmente supone un alivio, como es mi caso, ya que desde la infancia te das cuenta de que hay algo que no funciona en ti como en la mayoría. Entender qué es lo que te está pasando y qué es lo que puedes hacer, te proporciona mucha paz y fortaleza.
Hay una serie de características que definen a una PAS: Sensación de saturación y aturdimiento con estímulos auditivos o visuales; tendencia al análisis y a la reflexión profunda; evitación de peleas, discusiones y disputas; capacidad para sentir emociones y sentidos físicos con mucha intensidad y gran facilidad para empatizar con otros.
En relación a la comunicación, este tipo de personas pueden tener dificultades cuando comienzan a hablar en público porque captan gran cantidad de información de los demás.
Recuerdo que, cuando empecé a trabajar con el dúo de humor y sin contar con la cuarta pared de los actores, no podía mirar a la cara al público, al que tenía escasamente a un metro de mí. Tuve que empezar a mirar hacia arriba para poder seguir con mi trabajo, ya que lo que veía en los espectadores me desconcentraba, descentraba y muchas veces, me desconcertaba.
Algunos dijeron que eso me hacía parecer «etérea», aunque la realidad es que lo hacía por pura necesidad y tuve que acostumbrarme a integrar todos los datos que recibía sin perder el personaje y el hilo del texto.
Al procesar intensamente la información, tienen tendencia a incurrir en una distorsión cognitiva llamada “interpretación de pensamiento” que consiste precisamente en eso, en estar interpretando instantáneamente lo que creen que los demás piensan de ellos. Probablemente esto deje en mal lugar a la persona porque esas lecturas, frecuentemente condicionadas por la inseguridad, no suelen ser correctas.
¿Qué puede hacer una persona altamente sensible al hablar en público para sentir mayor confort, comodidad y seguridad?
Porque esta aparente dificultad, puede convertirse en una facilidad. La cuestión es entender que los inconvenientes son circunstanciales y que con entrenamiento, paciencia y diversas herramientas que jueguen a nuestro favor, llegaremos a disfrutar del hecho de compartir en público.
Te propongo varias sugerencias para empezar. Alguna de ellas es contraria a lo que se aconseja desde la oratoria, pero no queremos generalidades, vamos a ir a lo que interesa y conviene a cada uno. En lugar de estar pensando qué es lo que queremos proyectar, mi invitación es ir a lo que queremos sentir, para desde ahí, transmitir. Te aseguro que es lo más efectivo.
Aquí están alguna de estas propuestas:
- Vestir de negro, sobre todo en el torso.
Se sabe que el negro crea una sensación de pantalla y distancia de los demás. Por eso es el color elegido para el luto en occidente y el más escogido entre los adolescentes. Te aportará seguridad, aunque es conveniente solo utilizarlo hasta que sientas confianza en ti, luego te sugiero ir añadiendo color a tus ponencias, sabiendo de antemano que el uso del color forma parte del lenguaje no verbal.
El negro también es apropiado cuando quieras que toda la atención del público se centre en tu cara y manos.
- Llevar un objeto que represente metafóricamente tu charla y poner tu atención sobre él.
Por ejemplo, un cuadro sobre un caballete. Se insiste mucho en la necesidad de mirar a los ojos de todos los espectadores, pero si en un principio te abruma la cantidad de datos que recibes de ellos, puedes mirar al público unos segundos y alternar la mirada con ese elemento que puede guiar tu charla. Sus colores, sus formas, pueden incluso sustituir a las famosas presentaciones y a ti te servirán para conectar contigo y con lo que quieres contar.
- Pedir al técnico de luces que rebaje la luz de sala.
De esta forma no distinguirás todas las expresiones con claridad y el foco se mantendrá en ti. A mí me gusta tener un foco sobre mi persona y la suficiente claridad para ver todos los rostros, pero hay que ser paciente e ir al ritmo de cada uno.
- Cerrar de vez en cuando los ojos.
En esos momentos puedes conectar con la respiración. Te ayudará a centrarte y a relajarte.
- Crear un movimiento que anule la tendencia a interpretar el pensamiento de los demás.
Cuando estés en casa, imagina un movimiento que pueda representar que cancelas esta distorsión cognitiva. Por ejemplo, si visualizas que estás «leyendo» los pensamientos e intenciones de los demás, un movimiento interesante puede ser pasar página. Cuando estés pensando en lo que crees que los demás están pensando de ti (sí, es enrevesado pero real como la vida misma), puedes realizar un levísimo movimiento del dedo índice como si pasaras una página imaginaria. Pasará inadvertido a los demás y a ti te permitirá centrarte en lo importante y ganar en confianza. Crea tu propio movimiento y asócialo a este concepto ensayándolo varias veces.
- Hacer un ejercicio previo de alianza con el público.
Vas a hablar al público, más que hablar en público. Están a tu favor. Antes de salir al escenario, tarima o a ponerte delante de una cámara, puedes visualizar que les estrechas la mano, les abrazas o que todos os sonreís.
- Calentar previamente la voz, los articuladores y adoptar posturas de poder.
Antes de realizar un ejercicio intenso calientas, ¿verdad? Y, ¿por qué no lo hacemos cuando vamos a desarrollar una actividad importante para nosotros? Además de mejorar la calidad de voz, que se nos entienda mejor y aumentar nuestra energía y vitalidad, estimularemos el nervio vago, algo que nos ayudará a aumentar nuestra serenidad.
Las posturas de fuerza es una herramienta del lenguaje no verbal muy poderosa. Más abajo comparto contigo un vídeo en el que te explico un poco en qué consisten.
En definitiva, tienes muchas posibilidades por explorar que mejorarán tu experiencia de comunicación. Y, una vez que adquieras seguridad, ser una persona altamente sensible te facilitará conectar con tu público.
Utiliza tu sensibilidad para disfrutar y para hacer disfrutar.
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