Ojalá puedas decir “lo siento” todas las veces que haga falta sin excusas perezosas.
Ojalá quieras decir “gracias” a diario por sentir que tu pecho se abre cálidamente.
Ojalá tengas tantos “te quiero” en el corazón, que deseen mudarse a tus labios y desde allí emigrar al otro.
Ojalá sientas cada día un “me comprendo”, acompañado de una sonrisa amable.
Ojalá abraces las penas y aceptes los “me duele”, sin luchar para separarte de ellas. Ellas se diluirán cuando no haya batallas.
Ojalá se siembre para siempre en ti un resplandeciente “soy”
Que así sea. Que así seas.
Feliz Navidad.